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Qué es la descarbonización del motor y para qué sirve

Con el paso del tiempo, el motor de tu coche va acumulando pequeñas partículas o impurezas en su interior, y cuando los residuos se acumulan demasiado, el rendimiento del vehículo comienza a caerel consumo aumenta y las averías pueden aparecer

Aunque pueda sonar técnico, descarbonizar el motor no es otra cosa que limpiar sus componentes internos para devolverle la eficiencia y la potencia original. Pero, ¿realmente vale la pena hacerlo? ¿Cómo funciona y cuándo es necesario? 

¿Qué es la descarbonización del motor?

Durante la combustión, el motor quema combustible y aire, durante este proceso se generan residuos en forma de carbonilla, con el tiempo, esa carbonilla se adhiere a zonas como los inyectores, las válvulas, los pistones o el colector de admisión.

El resultado es un motor menos eficiente y más exigente. La potencia disminuye, el ralentí se vuelve inestable y el coche puede empezar a dar tirones. Además, las emisiones contaminantes aumentan, lo que puede hacer que el vehículo no supere la ITV.

La descarbonización del motor consiste en eliminar esa acumulación de residuos para que el sistema vuelva a funcionar de manera fluida. Es un proceso que puede hacerse mediante varios métodos, algunos emplean aditivos químicos y otros máquinas que inyectan hidrógeno para limpiar los conductos. En ambos casos, el objetivo es el mismo, devolverle al motor su rendimiento original y evitar averías.

Lo interesante de este procedimiento es que no requiere desmontar el motor, por lo que es rápido y económico. Muchos conductores notan una mejora evidente en la respuesta del acelerador, en la suavidad del funcionamiento e incluso en el consumo de combustible.

Un motor descarbonizado trabaja con menos esfuerzo, genera menos fricción y contamina menos. En definitiva, vuelve a respirar como cuando era nuevo. Y eso no solo mejora la experiencia de conducción, sino que también prolonga la vida útil de sus componentes internos.

Cómo saber si tu coche necesita una descarbonización

No hay una edad o un número de kilómetros para descarbonizar el motor, pero sí hay señales que indican que algo no va bien. Si notas que el coche pierde potencia, consume más gasolina o gasóleo de lo habitual o emite humo oscuro, probablemente la carbonilla ya está afectando a su funcionamiento.

También es común que el coche tenga dificultades para mantener un ralentí estable o que vibre más de lo normal al arrancar. Estos síntomas suelen aparecer en vehículos que circulan habitualmente por ciudad, donde los trayectos cortos y las bajas revoluciones no permiten que el motor alcance su temperatura ideal para quemar completamente el combustible.

En los coches diésel, la acumulación de carbonilla es aún más notoria. El hollín que se genera durante la combustión puede obstruir la válvula EGR, el filtro de partículas (FAP) o los inyectores, reduciendo drásticamente la eficiencia y provocando averías. En esos casos, una descarbonización profesional puede ser la diferencia entre un coche que sigue funcionando en perfecto estado y otro que acaba en el taller con una factura elevada.

Otro momento clave para considerarlo es después de reemplazar componentes importantes del sistema de admisión o inyección, o cuando se instala un nuevo turbo. Descarbonizar el motor antes o después de una reparación ayuda a que las piezas nuevas trabajen en un entorno limpio y libre de residuos, optimizando su rendimiento y durabilidad.

¿Realmente vale la pena descarbonizar el motor?

Los resultados pueden variar dependiendo del tipo de motor y del estado en que se encuentre. En algunos casos, las mejoras se apreciarán más que en otros. Pero, el propósito principal de este proceso es restaurar el rendimiento del motor, haciendo que funcione de manera más suave, eficiente y potente.

La descarbonización puede tener varios beneficios que influyen directamente en el comportamiento y la salud del motor. Por un lado, se recupera la potencia y el par motor, ya que los cilindros vuelven a tener una compresión óptima y el bloque trabaja con mayor eficacia. Esto se traduce en una respuesta más inmediata al acelerar y una conducción más estable.

Además, el consumo de combustible se reduce notablemente. Al eliminar las obstrucciones internas y facilitar la combustión, el motor no necesita hacer tanto esfuerzo para alcanzar su máximo rendimiento. En consecuencia, aprovecha mejor la energía disponible y requiere menos combustible para obtener la misma potencia.

Otro de los efectos más visibles es la reducción de las emisiones contaminantes. Al desaparecer los residuos de carbonilla, la combustión se vuelve más limpia, lo que elimina el característico humo negro del escape. Esto no solo mejora el aspecto estético y el olor del vehículo, sino que también ayuda a superar la ITV sin inconvenientes.

Por último, la descarbonización también ayuda a disminuir las vibraciones y el ruido del motor. Al liberar los conductos y eliminar las obstrucciones, el coche funciona con mayor suavidad, especialmente al ralentí. El motor recupera un sonido más estable y equilibrado, ofreciendo una sensación de conducción más agradable y silenciosa.

En definitiva, aunque los resultados pueden variar según cada vehículo, la descarbonización es un proceso que devuelve vitalidad, eficiencia y confort al motor, mejorando su rendimiento general y prolongando su vida útil.

Por supuesto, los beneficios de la descarbonización serán más efectivos si el coche sigue un mantenimiento adecuado. De nada sirve limpiar un motor si los filtros, las bujías o el aceite están en mal estado. Cada pieza cumple una función esencial, y mantenerlas en condiciones óptimas es la mejor manera de evitar que la carbonilla se acumule.

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