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La primavera es sinónimo de días más largos, paisajes floridos y temperaturas agradables. Sin embargo, para millones de personas en España, también es la temporada más temida del año por culpa de las alergias primaverales. Estás alergias provocan síntomas molestos y muy desagradables que pueden convertirse en un peligro al volante. Si eres conductor y sufres de alergia en primavera, este artículo es para ti.
Cómo afecta la alergia a la conducción
Los estornudos constantes, la congestión nasal, el lagrimeo y la fatiga que acompañan a la rinitis alérgica no solo afectan a tu calidad de vida, también disminuyen notablemente tu capacidad de concentración y tus reflejos al conducir.
Algunos estudios realizados por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) revelan que más del 20% de los conductores con alergia han tenido algún susto o incidente al volante relacionado con sus síntomas. La alergia puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente de tráfico hasta en un 30%.
¿Qué polen nos afecta más en primavera?
La primavera en España se caracteriza por la floración de diversas plantas cuyos pólenes son altamente alergénicos. Aquí os dejamos una lista de los más comunes.
Gramíneas: son una de las principales causas de alergia primaveral, con su periodo de polinización extendiéndose desde la primavera hasta el verano.
Olivo: especialmente problemático en regiones del sur de España, su polen suele alcanzar altas concentraciones en primavera.
Ciprés: aunque su polinización comienza a finales del invierno, puede extenderse hasta la primavera en algunas zonas.
Arizónica: similar al ciprés, su polen también puede ser un desencadenante importante en ciertas áreas.
Conocer los calendarios polínicos de tu región es fundamental para anticiparse a los periodos de mayor riesgo y tomar precauciones.
Síntomas que te pueden poner en peligro
Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo de alergia y la persona, pero todos ellos afectan a la conducción.
Estornudos repetitivos: un estornudo puede hacer que cierres los ojos durante 1 o 2 segundos, en este tiempo los ojos se cierran involuntariamente. A 100 km/h, eso significa recorrer más de 50 metros a ciegas. Esta pérdida momentánea de visión puede ser fatal.
Picor y lagrimeo ocular: disminuyen tu capacidad visual y aumentan la fatiga ocular. La necesidad constante de frotarse los ojos o la visión borrosa dificultan la concentración en la carretera, la lectura de señales y la reacción ante imprevistos.
Congestión nasal y fatiga: la dificultad para respirar puede generar fatiga y somnolencia, disminuyendo los reflejos y la capacidad de atención. La lucha constante del cuerpo contra los alérgenos puede provocar cansancio, irritabilidad y dificultad para concentrarse, estos factores alteran tu capacidad de reacción y reducen la atención.
Uso de antihistamínicos: muchos medicamentos provocan somnolencia, algo totalmente incompatible con la conducción.
¿Qué puedes hacer si sufres alergia primaveral y eres conductor?
- Es fundamental consultar con tu médico, el podrá recomendarte los antihistamínicos más adecuados (preferiblemente los de segunda generación, con menos efectos sedantes) y otras terapias para controlar tus síntomas.
- Antes de tomar cualquier medicación, asegúrate de que no provoca somnolencia. Consulta con tu especialista y nunca te automediques.
- Evita conducir en las primeras horas del día, es cuando más polen hay en el ambiente. Si puedes, retrasa tus desplazamientos es probable que, a otras horas tengas menos síntomas.
- Mantén cerradas las ventanillas y utiliza el aire acondicionado.
- Usa gafas de sol al conducir, estas no solo te protegen del deslumbramiento, sino que también te ayudarán a reducir el contacto del polen con los ojos, aliviando el lagrimeo y el picor ocular.
- Considera el uso de mascarilla, una mascarilla FFP2 o quirúrgica puede reducir significativamente la cantidad de polen que respires. Puede ser útil especialmente si vas a conducir en días de alta concentración o si tienes que hacer trayectos a pie antes de entrar al vehículo.
- Limpia regularmente el interior del coche, especialmente las alfombrillas, donde el polen y el polvo se acumulan fácilmente.
- Ten siempre pañuelos y agua a mano, pueden ayudarte a aliviar algunos síntomas leves mientras conduces sin necesidad de parar.
- Evita las zonas con mucha vegetación.
- Infórmate del nivel de polen en tu zona. Si el nivel es alto, valora desplazarte en otro momento del día o usar un transporte alternativo.
Si los síntomas son intensos, no conduzcas. Puede sonar exagerado, pero igual que no conducirías con fiebre alta o con dolor de cabeza intenso, tampoco deberías hacerlo con una crisis alérgica fuerte.
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