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8 errores al volante que pueden arruinar tus vacaciones de verano

El verano es esa época del año en la que las ganas de salir, viajar y descubrir nuevos lugares se multiplican. Es tiempo de sol, de carretera y de aventuras en familia o con amigos. Pero también es la época en la que más aumentan los accidentes y las averías, muchas veces por culpa de despistes o malos hábitos al volante. Preparar las maletas y planificar el destino está muy bien, pero de poco sirve si descuidamos lo más importante, llegar seguros y sin contratiempos. Conocer los errores más comunes en la conducción durante las vacaciones puede ser la diferencia entre un viaje perfecto y una experiencia para olvidar.

La prisa, el enemigo número uno en la carretera

Uno de los grandes problemas en verano es que queremos llegar rápido a nuestro destino, especialmente cuando estamos deseando descansar. Sin embargo, conducir con prisa no solo aumenta el riesgo de accidentes, sino que también provoca que pasemos por alto señales importantes, no respetemos las distancias de seguridad o que tomemos decisiones precipitadas. La conducción segura no entiende de relojes; lo que importa es llegar bien, no llegar antes.

Esa misma prisa hace que muchos conductores eviten hacer paradas durante trayectos largos, algo que a la larga se traduce en cansancio, menor capacidad de reacción y un mayor riesgo de cometer errores. Parar cada dos horas, aunque sea para estirar las piernas y beber agua, es una inversión en seguridad que siempre compensa.

El calor y su efecto invisible en la conducción

El verano trae consigo altas temperaturas y, aunque parezca que el aire acondicionado lo soluciona todo, el calor tiene un efecto silencioso sobre el conductor. La fatiga llega antes, los reflejos se ralentizan y la deshidratación pasa factura sin que nos demos cuenta. Además, el calor excesivo en el interior del coche puede afectar al comportamiento de los niños o incluso de las mascotas, generando distracciones peligrosas.

Mantener una temperatura interior agradable, vestir con ropa ligera y llevar siempre agua a mano son cosas sencillas que pueden evitar más de un susto. Y nunca hay que olvidar ventilar el coche antes de iniciar el viaje si ha estado al sol, ya que en pocos minutos puede alcanzar temperaturas extremas que no solo incomodan, sino que también resultan peligrosas.

Distracciones tecnológicas y conversaciones que cuestan caro

Los teléfonos móviles, los sistemas multimedia del coche y el GPS son grandes aliados a la hora de conducir… y esto nos quita la atención de la carretera. Un segundo mirando la pantalla para cambiar una canción o leer un mensaje es tiempo suficiente para recorrer decenas de metros sin tener el control del coche. Y mientras conducimos un segundo de distracción puede marcar un antes y un después.

Incluso las conversaciones dentro del coche pueden convertirse en un problema si nos distraen demasiado. Viajar en familia o con amigos es sinónimo de risas, pero el conductor debe saber desconectar del bullicio cuando es necesario y centrarse en lo que importa: la carretera.

Descuidar el mantenimiento del coche antes de salir

Las ganas de empezar las vacaciones y muchas veces la falta de tiempo hace que muchos conductores salgan de viaje sin haber revisado el coche. Niveles de aceite, presión de neumáticos, frenos, luces… son aspectos básicos que pueden evitar averías, retrasos y, en el peor de los casos, accidentes. Un neumático en mal estado no solo aumenta el consumo, también compromete la adherencia, especialmente en curvas o con asfalto caliente.

En esta época del año es importante tener en cuenta que las altas temperaturas afectan a nuestro coche. Una fuga o un mal funcionamiento puede provocar un sobrecalentamiento del motor que no solo arruinará el viaje, sino que será caro de reparar. Revisar el coche unos días antes de salir debería ser tan importante como reservar el alojamiento.

No darle importancia al descanso

Conducir de noche después de una jornada larga de trabajo o tras dormir pocas horas es una de las decisiones más peligrosas que se pueden tomar. La somnolencia reduce la capacidad de reacción y, en algunos casos, puede provocar sueño en apenas unos segundos… suficientes para perder el control del vehículo.

Planificar el viaje para conducir en las horas del día en las que estemos más activos y evitar tramos largos sin descansos es fundamental. Un conductor descansado no solo es más seguro, también disfruta más del trayecto.

La conducción agresiva en momentos de tensión

El tráfico denso, los atascos y las altas temperaturas son un cóctel perfecto para que el mal humor aparezca. Pero responder con adelantamientos peligrosos, aceleraciones bruscas o cambios de carril sin señalizar no solo pone en riesgo tu seguridad, sino la de todos los que viajan contigo y alrededor.

Mantener la calma y entender que el tráfico forma parte del viaje es clave. Si algo se retrasa, siempre habrá tiempo de recuperarlo en destino; en cambio, un accidente lo cambia todo.

Cargar el coche y organizar el equipaje

Uno de los momentos clave antes de salir de viaje es colocar y organizar bien el equipaje. Parece una tarea sencilla, pero la forma en la que cargamos el coche puede marcar una gran diferencia en la seguridad de todos los ocupantes. Muchas veces, con las prisas, terminamos metiendo las maletas, bolsas y objetos “como caen”, sin pensar en que cada elemento suelto dentro del habitáculo puede convertirse en un auténtico peligro en caso de frenazo o accidente.

Un simple móvil, una botella de agua o un juguete que parece inofensivo puede salir despedido con gran fuerza si el coche frena bruscamente. Esto no solo puede dañar el interior del vehículo, sino que puede golpear a los pasajeros y causar lesiones graves. Por eso, la organización del equipaje no es solo una cuestión de orden, sino una medida de seguridad vial imprescindible.

Lo ideal es colocar los objetos más pesados en el maletero, las maletas grandes deben ir en la parte inferior, y encima de ellas los bultos más ligeros. Si el coche cuenta con red separadora o bandeja, es importante usarla para evitar que las cosas se desplacen.

Además, es fundamental evitar dejar objetos sueltos sobre los asientos, la bandeja trasera o el salpicadero. Aunque sea tentador llevar a mano la neverita con bebidas, bolsas o mochilas, lo más seguro es que todo vaya asegurado y bien colocado. Si realmente necesitas llevar algo dentro del coche, procura que esté en bolsillos, guanteras o bien sujeto con redes y anclajes.

El exceso de confianza

Quizás el error más común de todos es pensar que, por llevar años conduciendo, nada malo puede pasar. Esa confianza excesiva lleva a saltarse normas, conducir distraído o ignorar pequeñas señales de alerta. La carretera siempre merece respeto, sea cual sea nuestra experiencia.

Recuerda que en verano hay más tráfico, y las condiciones de la carretera pueden cambiar en cualquier momento, así que la atención debe ser máxima. Conducir con precaución no significa ir más despacio de lo necesario, sino hacerlo con cabeza y con margen para reaccionar ante lo inesperado.

¡FELICES VACACIONES!

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