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Comprar un coche usado puede ser una excelente decisión tanto desde el punto de vista económico como práctico. Muchas veces, un vehículo de segunda mano permite acceder a modelos más equipados, motores más potentes o incluso gamas superiores a un precio mucho más asequible que el de un coche nuevo. Sin embargo, este tipo de compras también conllevan riesgos si no se actúa con calma y sentido común. Es bastante frecuente escuchar a amigos y familiares que se lanzaron a por una oferta demasiado atractiva y terminaron con un coche lleno de problemas. Para evitar que esto te ocurra y reducir riesgos, es fundamental conocer cuáles son los errores más frecuentes a la hora de comprar un coche de ocasión.
La compra de un coche usado no debe afrontarse con prisas ni dejarse llevar por la emoción del momento. Cada detalle es importante, desde la elección del vendedor hasta la documentación del vehículo. Una decisión precipitada puede suponer reparaciones costosas, problemas legales o incluso la pérdida total de la inversión. La buena noticia es que todos estos riesgos se pueden minimizar si tienes toda la información y actúas con precaución.
La importancia de una buena revisión antes de decidirte a comprar
Uno de los errores más graves al comprar un coche de segunda mano es fijarnos únicamente en la apariencia exterior. Un vehículo puede estar impecable por fuera, con la pintura reluciente y el interior limpio, pero puede esconder graves problemas mecánicos. Por eso, antes de firmar cualquier contrato, conviene hacer una revisión completa, motor, frenos, suspensión, dirección, y otros elementos clave.
Lo ideal es acudir a tu mecánico de confianza, para que haga esta revisión. Aunque esto te pueda parecer un gasto adicional, es imprescindible para detectar fallos que el vendedor quizás no mencione. Una revisión detallada también ayuda a negociar el precio de manera justa, si aparecen desperfectos podrás pedir una rebaja proporcional o exigir su reparación antes de cerrar la compra.
Otro punto que muchos olvidan es la importancia del historial de mantenimiento. Un coche de ocasión debe tener su libro de revisiones al día o, al menos, facturas que demuestren el mantenimiento y las revisiones del vehículo. Aceite, filtros, correa de distribución, etc. Si el vehículo carece de esta información, conviene pensárselo dos veces antes de pagar.
La prueba de conducción también es fundamental. No se trata solo de arrancar y dar una vuelta corta, sino de hacer distintas pruebas, arrancar en frío, frenar a tope, hacer un giro cerrado o cambiar a distintas marchas. Debes estar muy atento a ruidos extraños, vibraciones, fugas, la estabilidad o la falta de respuesta del coche.
Documentación y seguridad, dos aspectos que muchos pasan por alto
Más allá del estado físico del coche, otro error habitual al comprar un coche usado es no prestar atención a la documentación. Es imprescindible comprobar que el vehículo no tiene cargas económicas pendientes, como embargos, multas o impuestos impagados. También hay que asegurarse de que ha pasado correctamente la ITV y que los datos del permiso de circulación coinciden con los del número de bastidor. Saltarse este paso puede acabar en un auténtico dolor de cabeza legal.
El contrato de compraventa es otro punto crítico. Algunos compradores aceptan acuerdos verbales o documentos demasiado básicos que no detallan aspectos importantes como kilometraje real, estado del coche o responsabilidades posteriores. Un contrato completo protege tanto al comprador como al vendedor y ofrece seguridad en caso de que aparezcan problemas después de la compra.
En España, existe además la opción de solicitar un informe a la DGT sobre el coche que se quiere comprar. Este documento nos dará datos importantes sobre la titularidad, las cargas administrativas, accidentes del vehículo, etc. Es recomendable que antes de adquirir cualquier vehículo usado solicites un informe completo del mismo para verificar la existencia de embargos, precintos, procedimientos concursales o cualquier otra carga de naturaleza administrativa o judicial. Es un recurso que muchos desconocen y que puede ser muy útil para tomar la decisión de la compra.
La tentación de acudir a vendedores particulares sin referencias es otro error frecuente. Si bien es cierto que algunos ofrecen buenas oportunidades, también es el terreno perfecto para estafas. Comprar en un concesionario de ocasión o en un compraventa con garantías oficiales puede ser una opción más segura, ya que suelen ofrecer revisiones previas y un periodo de garantía legal. Si decides comprar a un particular asegúrate que toda la documentación esté en perfecto estado. Y revisa todo bien antes de comprar.
La seguridad también se vincula con el equipamiento del vehículo. Airbags, sistemas de frenado ABS, control de estabilidad o cinturones en buen estado son elementos que deben funcionar a la perfección. Ignorar estos detalles por dejarse llevar únicamente por el precio o el diseño exterior del coche puede tener consecuencias graves en caso de accidente.
En definitiva, los errores más comunes al comprar un coche usado suelen estar ligados a la falta de información, las prisas y la confianza excesiva en la apariencia. No comprobar la mecánica, descuidar la documentación, ignorar la prueba de conducción o no exigir garantías son pasos que pueden convertir lo que parecía una gran oportunidad en un problema constante.
Con información, paciencia y atención a los detalles, se puede conseguir un vehículo fiable, seguro y a buen precio. La diferencia entre una compra acertada y un error costoso está en no dejar nada al azar y recordar siempre que la seguridad es importante en nuestro vehículo.
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