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Con el inicio del mes de septiembre también llega la vuelta al cole, el fin de las vacaciones y el comienzo de una rutina que llena las carreteras de coches sobre todo a primera hora de la mañana. El regreso al cole es un momento emocionante para los niños, se reencuentran con sus amigos, estrenan mochilas y retoman sus actividades, pero para los padres y madres también supone un reto. Organizar los horarios, lidiar con el tráfico y manejar el estrés de cada mañana.
Durante esta semana se retoman las clases en todo nuestro país y hablar de una vuelta al cole segura no es solo un recordatorio para respetar las normas de circulación, sino también para entender que la seguridad comienza mucho antes de girar la llave del coche, empieza con el compromiso de tener el vehículo en perfecto estado y mantener la calma y la seguridad a la hora de conducir.
Los trayectos cortos, y las prisas, pueden generar un ambiente propenso a errores. Muchas veces, al tratarse de recorridos diarios y conocidos, podemos bajar la guardia y pasar por alto detalles que son importantes. Cada año los datos de la Dirección General de Tráfico recuerdan que la mayoría de los accidentes se producen precisamente en distancias cortas y en zonas urbanas. Esto nos demuestra que hagamos el recorrido que hagamos nunca debemos bajar la guardia.
Planificar el tiempo necesario para los desplazamientos, preparar el coche con antelación y mantenerlo en las mejores condiciones son hábitos que convierten cada mañana en un trayecto seguro.
La seguridad lo más importante
Recuerda que es obligatorio que los niños de hasta 135 cm de altura utilicen un SRI homologado y adaptado a su peso y talla. Siempre se deben sentar en las plazas traseras del vehículo, salvo en excepciones muy concretas y justificadas. Los adultos deben comprobar que la silla está correctamente instalada en el vehículo y que tanto los cinturones como los arneses están bien abrochados y ajustados.
Salida y entrada del vehículo
La norma fundamental es subir y bajar siempre por el lado de la acera, nunca por la calzada. Esto es especialmente importante, en las zonas escolares, donde la concentración de coches y peatones es mucho mayor y los niños tienden a distraerse con facilidad.
La importancia del coche en perfecto estado para una vuelta al cole sin riesgos
Como ya hemos comentado en varias ocasiones, los coches, como cualquier herramienta que utilizamos a diario, requieren atención y cuidado para garantizar su buen funcionamiento. Antes de que lleguen las lluvias y el mal tiempo es el momento perfecto para realizar una revisión completa del vehículo, sobre todo si durante el verano has hecho más kilómetros por las vacaciones. Frenos, neumáticos, luces, niveles de aceite, líquido de frenos y limpiaparabrisas son elementos que influyen directamente en la seguridad, y su correcto mantenimiento es esencial antes de afrontar semanas de desplazamientos diarios con niños a bordo. No se trata solo de comodidad, sino de evitar riesgos innecesarios.
Un simple fallo mecánico puede convertirse en una situación peligrosa si ocurre en plena carretera o en una zona escolar concurrida. Imagina que un freno desgastado no responde como debería justo cuando un niño cruza inesperadamente, o que un neumático en mal estado provoca una pérdida de control en una curva. Estos escenarios, que muchas veces parecen lejanos, son más comunes de lo que pensamos. Por eso, invertir en el cuidado del coche no es un gasto, sino una medida de prevención que puede salvar vidas.
Cada trayecto al colegio, por corto que parezca, merece el mismo nivel de seguridad que un viaje largo por carretera. Revisar los cinturones de seguridad, asegurarse de que las sillas infantiles están correctamente instaladas y confirmar que todos los sistemas del coche funcionan correctamente debería formar parte de nuestra rutina diaria.
Conducir con calma
La seguridad al volante no se limita a señales, normas y revisiones técnicas, también es una cuestión de actitud. Los niños aprenden observando, y cada trayecto es una oportunidad para enseñarles hábitos responsables. Conducir sin prisas, respetar los semáforos, detenerse en los pasos de peatones y evitar maniobras bruscas son acciones que no solo reducen riesgos, sino que también transmiten valores de seguridad y respeto.
En los entornos escolares, la prudencia es especialmente importante. El ir y venir de las familias, el cruce de peatones y la presencia de autobuses crean un escenario complejo que exige la máxima atención. Aparcar correctamente, no bloquear accesos y dedicar unos minutos para hacer las cosas bien es una forma de cuidar a todos.
El inicio de curso siempre trae consigo nuevos retos, pero también oportunidades para reforzar hábitos positivos. Que este septiembre no sea solo el regreso a las clases, sino también el comienzo de una conducción más consciente y segura.
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