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El sistema de frenado es uno de los componentes más importantes para la seguridad de cualquier vehículo. Unos frenos en buen estado no solo te permiten detener el coche en situaciones críticas, sino que también contribuyen a una conducción más eficiente y cómoda. Si descuidas su mantenimiento, las averías pueden aparecer cuando menos te lo esperas, poniendo en riesgo tu seguridad y la de los demás.
Las averías más comunes del sistema de frenos
Con el uso continuo y el paso del tiempo, los componentes del sistema de frenado pueden sufrir distintas averías. Hoy vamos a hablar de las más comunes.
Desgaste de las pastillas de freno: las pastillas son las primeras en sufrir y por lo tanto en desgastarse. Si escuchas chirridos o ruidos metálicos al frenar, es posible que las pastillas de freno estén desgastadas. Esto sucede cuando el indicador metálico de desgaste empieza a rozar contra el disco.
También debes estar atento a las vibraciones en el pedal al frenar, esto podría ser un signo de desgaste irregular en las pastillas. En muchos vehículos modernos, se enciende un testigo luminoso en el tablero cuando los sensores detectan que las pastillas de freno están desgastadas y deben ser sustituidas.
Desgaste de los discos de freno: el desgaste de los discos de freno es un problema común que afecta a la capacidad de frenado del vehículo y ocurre como resultado del uso continuo y la fricción con las pastillas de freno.
El desgaste de los discos de freno puede acelerarse por varios factores:
- Frenadas bruscas frecuentes: detener el coche de manera brusca con frecuencia puede causar un desgaste prematuro de los discos.
- Pastillas de freno gastadas: si no se reemplazan las pastillas a tiempo, el metal del soporte de las pastillas puede entrar en contacto con los discos, provocando un desgaste irregular y daños en la superficie de los discos.
- Conducción en pendientes pronunciadas: cuando se desciende con el coche por pendientes largas y pronunciadas, se suele frenar de manera prolongada, lo que genera más fricción y, por lo tanto, más desgaste en los discos.
- Exposición a altas temperaturas: las frenadas continuas en trayectos largos pueden sobrecalentar los discos, lo que afecta a su rendimiento.
Es importante estar atento a los signos de desgaste en los discos de freno, ya que ignorarlos puede afectar la seguridad del vehículo.
Si sientes que el volante o el pedal de freno vibran o pulsan al frenar, es probable que los discos estén deformados o desgastados de manera irregular. El desgaste de los discos también puede provocar ruidos metálicos.
Pérdida de líquido de frenos: el líquido de frenos cumple una función vital en el sistema de frenado. Es un fluido hidráulico que transmite la fuerza del pedal de freno a los componentes de frenado. Si el coche no se detiene como antes o sientes que hay un retraso en la respuesta del frenado, el líquido puede ser el culpable. Una fuga de líquido de frenos puede llevar a problemas graves en la capacidad de frenado del coche. La falta de líquido provoca una disminución de la presión en el sistema, reduciendo considerablemente la capacidad de detener el coche. Además, una fuga de líquido de frenos puede dañar otros componentes del sistema de frenos, lo que podría generar reparaciones costosas si no se aborda rápidamente.
¿Qué hacer si pierdes líquido de frenos?
Si sospechas que tu coche está perdiendo líquido de frenos, lo más importante es no utilizarlo hasta que el problema haya sido reparado. Incluso aunque parezca que el coche sigue frenando, es posible que la fuga empeore, lo que podría resultar en una pérdida completa de los frenos en cualquier momento.
En general, se recomienda cambiar el líquido de frenos cada dos años o cada 40,000 kilómetros, aunque este intervalo puede variar según el tipo de coche y las recomendaciones del fabricante.
Señales de pérdida de líquido de frenos
Es crucial detectar las señales de una posible fuga de líquido de frenos lo antes posible, ya que cualquier retraso en la detección y reparación podría ser peligroso.
- Pedal de freno blando o esponjoso: si al pisar el pedal de freno sientes que está más blando de lo habitual o que va hasta el fondo sin mucha resistencia, esto indica que hay aire en el sistema debido a una posible fuga de líquido.
- Manchas de líquido debajo del coche: el líquido de frenos es normalmente de color claro o amarillo, aunque puede volverse marrón oscuro con el tiempo. Si ves manchas de este tipo debajo de tu coche, puede ser una señal de fuga.
La mayoría de los coches tienen un sensor, si el nivel es demasiado bajo, se encenderá una luz de advertencia en el tablero.
Mantener el líquido de frenos en niveles adecuados y el sistema de frenado en buen estado es esencial para la seguridad del coche y de sus ocupantes. Ignorar una fuga de líquido de frenos puede ser muy peligroso, por lo que es importante actuar de inmediato si notas alguno de los síntomas mencionados.
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