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El embrague es una pieza esencial en cualquier vehículo, ya que permite cambiar de marcha y controlar la transmisión de potencia del motor a las ruedas. Su correcto funcionamiento es de gran importancia para una conducción segura y eficiente. Aunque el embrague de tu coche puede durar toda la vida, con el tiempo y el uso también puede desgastarse. Reconocer las señales de un embrague defectuoso es clave para evitar averías mayores y mantener la seguridad en la carretera. A continuación, te explicaremos las señales más comunes que indican que el embrague de tu coche está fallando y necesita ser reemplazado de inmediato.
Dificultad al cambiar de marcha
Una de las primeras señales de un embrague desgastado o dañado es la dificultad al cambiar de marcha. Si notas que al cambiar de una marcha a otra, especialmente al intentar poner la marcha atrás o la primera, "las marchas rascan” o que el cambio no es fluido, el embrague podría estar fallando. Esta dificultad ocurre porque el disco de embrague no está funcionando correctamente, lo que hace que el cambio de marcha se vuelva irregular.
Consejo: No ignores esta señal. Un cambio de marchas con dificultad es una advertencia de que el embrague puede estar desgastado. Prolongar su uso en este estado puede agravar el problema y aumentar los costes de reparación.
El embrague patina
Esto sucede cuando aceleras, y en lugar de que el coche gane velocidad, el motor parece revolucionarse sin respuesta, es decir no corresponde las revoluciones a la velocidad alcanzada. En este caso deberás cambiarlo cuanto antes.
Síntomas de un embrague que patina:
El motor se revoluciona en exceso sin aumentar la velocidad de manera correspondiente.
Notas un olor a quemado, especialmente cuando haces un esfuerzo extra.
Pedal del embrague duro
El tacto del pedal de embrague puede decirte mucho sobre su estado. Si sientes que, el pedal del embrague está muy duro o que ofrece demasiada resistencia al pisarlo, es una señal de que algo no funiona bien. Esto podría deberse a que, el cable del embrague no esté bien, a falta de lubricación o que los discos del embrague estén gastados.
Ruidos al pisar el embrague
Los ruidos inusuales al pisar el embrague pueden indicar desgaste en los componentes internos del sistema de embrague. Por ejemplo, un sonido de chirrido o traqueteo al pisar el pedal puede ser señal de que el rodamiento de empuje esté desgastado. Estos ruidos también pueden indicar problemas en el volante motor, una pieza que trabaja en conjunto con el embrague y que puede necesitar ser reemplazada. Si escuchamos un chirrido cuando mantenemos pisado el embrague es posible que tenga que ver con el desgaste de la rótula de la horquilla.
Olor a quemado
El olor a embrague quemado suele aparecer cuando se produce un uso excesivo de este componente, como por ejemplo en ciertas situaciones como, atascos, al realizar salidas en pendiente o al aparcar en espacios difíciles.
Pero... ¿Qué es lo que realmente genera ese olor a quemado?
El olor a quemado se origina cuando la temperatura de los ferodos del disco de embrague se eleva demasiado. Aunque si esto se produce de forma puntual no debería causar daños, un uso constante del embrague a temperaturas superiores a las recomendadas sí puede degradar este componente, aumentando las posibilidades de que surja una avería.
Otro de los motivos por los que el embrague puede oler a quemado es porque esté muy desgastado. En este caso, lo normal es que este olor aparezca de forma constante y que cada vez vaya a más.
¿Cuánto puede durar un embrague?
La vida útil de un embrague puede variar considerablemente según cómo lo uses. Con una conducción adecuada y ciertos cuidados básicos, es posible hacer que el embrague dure hasta 400.000 kilómetros sin necesidad de reemplazo, lo cual se traduce en un gran ahorro.
Aquí te dejamos algunos consejos para alargar al máximo la vida útil del embrague.
1. Evita apoyar el pie en el embrague
Es un hábito común que puede reducir la vida del embrague de forma significativa. Al dejar el pie descansando sobre el pedal, aunque sea con una presión mínima, mantienes el embrague parcialmente accionado, lo que genera un desgaste innecesario del disco y de los componentes internos. Para evitarlo, acostúmbrate a quitar el pie del pedal una vez hayas cambiado de marcha y apoya el pie en el reposapiés o en el suelo.
2. Suelta el pedal completamente después de cambiar de marcha
Al accionar el embrague para cambiar de marcha, es importante que, una vez realizado el cambio, sueltes el pedal de forma completa y gradual. Si mantienes el pedal ligeramente presionado después de cambiar de marcha, el embrague permanece en una posición intermedia y sufrirá desgaste. Soltar el pedal completamente permite que el embrague vuelva a su posición y reduzca el desgaste.
3. Evita acelerar en exceso mientras tienes el embrague pisado
Cuando tienes el pedal del embrague parcialmente presionado y aceleras, el motor no transfiere toda su potencia a las ruedas, sino que parte de esa energía se disipa en forma de calor, lo cual puede generar un sobrecalentamiento en el disco de embrague. Acelerar de forma moderada y progresiva, ayuda a mantener el embrague en mejores condiciones y evita el sobrecalentamiento y desgaste prematuro.
¿Cuanto cuesta cambiar el embrague?
Cambiar el embrague de un coche es una de esas reparaciones que puede significar un gasto importante. Dependiendo del modelo y la marca de tu coche, el coste de reemplazar el embrague puede oscilar entre los 600 y los 1.500 euros, aunque también dependerá del costo de la mano de obra. Sin embargo, hay una alternativa que puede ayudarte a reducir este gasto. Usar piezas recicladas de calidad en la reparación es una opción mucho más económica, que puede ahorrarte un buen pico.
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